PAGLIACCI: UNA HISTORIA REAL

Después de hablar de "Cavalleria rusticana" es inevitable hacerlo de "I pagliacci" (Los payasos) no sólo porque estas dos óperas suelan subir a escena formando un programa doble, sino porque (entre otras razones) ambas tuvieron un origen similar. Las dos constituyeron un rotundo éxito para sus respectivos compositores, éxito que, desgraciadamente, ninguno de los dos logró repetir. Ni Mascagni ni Leoncavallo concibieron sus óperas para que se representaran juntas. Sin embargo, su corta duración y los elementos que tienen en común forjaron la tradición de representarlas juntas, lo que se reveló como un gran éxito.

Ya sabemos que Mascagni compuso "Cavalleria rusticana" para el concurso de óperas en un acto que, dirigido a autores noveles, organizaba la editorial Sanzogno, allá por los años ochenta del siglo diecinueve. Pues bien, Leoncavallo concibió la letra y la música de "I pagliacci" para este mismo concurso, aunque su obra fue rechazada porque constaba de dos actos, cuando la condición básica que tenían que cumplir las óperas para entrar en concurso era tener uno solo.

La historia que cuenta "I pagliacci" se basa en un hecho real, una enrevesada historia calabresa de celos y muerte que tuvo lugar en la localidad de Montalto. El padre de Leoncavallo, que era juez, presidió el jurado que dictó sentencia contra un actor que había dado muerte a su mujer.

Leoncavallo, que se hallaba desilusionado con la casa editorial Ricordi (que, como ya hemos dicho que era rival de Sanzogno) por no haber cumplido la promesa que le habían hecho de presentar su ópera "I Medici", ofreció "I pagliacci" a Sanzogno, quien, ante la insistencia del autor y a pesar de que la obra no había podido participar en el concurso, la estrenó, con un éxito total de público. Se representó por primera vez el 21 de mayo de 1892 en el Teatro dal Verne, de Milán.

Portada de la primera edición de "I pagliacci" publicada por E. Sonzogno, Milán, 1892. 
Fuente: wikipedia.

Personajes:

  • Canio, jefe de los actores (tenor dramático)
  • Tonio, payaso enamorado de Nedda (barítono)
  • Beppe, actor (tenor buffo)
  • Nedda, actriz y esposa de Canio (soprano lírico-spinto)
  • Silvio, campesino amante de Nedda (barítono lírico)
  • Campesinos.

Argumento:

Antes de que la historia de comienzo, "El Prólogo" (que luego conoceremos como Tonio) se dirige al público para hablarle de la historia que está a punto de contemplar: seres humanos que se aman, que se odian, estremecimientos de amor y gritos de rabia… porque, el público no debe olvidarlo, los actores ríen, lloran, sienten, respiran el mismo aire que los espectadores que los contemplan. "¡Empecemos!" 

Un grupo de payasos ambulantes llega con sus carromatos a un pueblecito italiano. Es el día de la festividad de la Virgen de agosto. Se trata de una compañía pequeña, al frente de la cual está Canio y en la que trabajan también su esposa Nedda, el jorobado Tonio y Beppe. Las gentes reciben con entusiasmo a los payasos, que anuncian al pueblo que, esa misma noche, a las once, se celebrará un gran espectáculo al que nadie debe faltar. 

Cuando Nedda baja de su carromato, Tonio trata de ayudarla, pero Canio le aparta de un golpe. Risas generales de los presentes. Un aldeano sugiere a Canio ir a tomar una copa en la taberna; Canio invita a Tonio a un irse al convite, pero Tonio se excusa. Otro lugareño bromea entonces acerca de que quizá lo que quiere Tonio es quedarse a solas con Nedda. Afloran entonces los terribles celos de Canio, que lanza una seria advertencia: no es sensato gastarle a él esas bromas. Una cosa es el teatro y otra la vida real. Si él, sobre el escenario, se encontrase a Colombina (su mujer, Nedda) con otro en su habitación, se limitaría a pronunciar un cómico sermón. Recibiría además una tanda de bastonazos mientras el público ríe y aplaude. Pero si esto mismo sucediese en la vida real (dice, muy amenazador) las cosas acabarían de forma muy distinta... 

Nedda tiene mucho miedo. A solas, trata sin embargo de disipar sus temores y  canta. No sabe que Tonio está escondido, escuchándola. 

De repente aparece Tonio y, aprovechando que están los dos solos, trata torpemente de declararle su amor. Ella le desprecia, se burla de él. Cuando Tonio, loco de deseo, trata de agarrarla, ella logra coger un cuchillo y le mantiene a raya. Rabioso, se marcha no sin antes advertirle: "¡Me las pagarás, bribona!"

A los pocos momentos llega Silvio. Aunque aún es de día, sabe que no hay peligro, pues ha visto cómo Canio y Beppe se iban a la taberna. En una escena muy romántica, Silvio le pide a Nedda que huya con él. Ella duda porque tiene un miedo atroz a Canio, pero al fin promete a Silvio que, esa misma noche, después de la representación, huirá con él. 

Escondido, Tonio presencia la escena; ésta es la ocasión de vengarse de Nedda. Sin perder un segundo corre a buscar a Canio, que llega a tiempo para ver que su mujer está con otro, aunque no alcanza a ver la cara de su rival, que huye. Canio corre tras él como una exhalación pero no logra alcanzarle. Vuelve a donde está su mujer, y sacando un cuchillo le grita: "¡Antes de manchar este puñal con tu fétida sangre, me dirás el nombre de tu amante!". Ella, desafiante como una leona, grita que no se lo dirá jamás. Canio se dispone a abalanzarse sobre Nedda, pero Beppe se interpone. Trata de calmarle: "¡Está llegando la gente; la función tiene que empezar!". Destrozado, Canio se dispone a prepararse para el espectáculo... La función debe comenzar; la gente paga y quiere reír: "¡Ponte el traje y blanquéate la cara...!" 

El precioso intermedio musical nos prepara para la obra que la compañía de payasos va a representar. Entre el público se encuentra Silvio ¡Comienza el espectáculo! Colombina (Nedda), se encuentra en una salita esperando a Arlequín (Beppe). Con picardía, le dice al público que su marido, Payaso (Canio) no volverá hasta bien entrada la noche. Aparece Tadeo (Tonio) que trata de declarar a Colombina su amor. Ella, burlona, le rechaza. 

Se escuchan unos acordes. Es Arlequín (Beppe) que, al pie del balcón de su amada Colombina, canta acompañándose de una mandolina. Al terminar su canción trepa por el balcón, y los dos amantes se encuentran. De pronto irrumpe en escena Tadeo, cómicamente aterrorizado, para advertirles de que llega Payaso. Los tres se echan extravagantemente a temblar. Arlequín y Tadeo se esconden. 

Haciendo a duras penas de tripas corazón, Payaso entra tambaleándose en escena (se supone que está borracho) Hay una mesita preparada con cubiertos para dos: "Creía que estabas sola..." dice a Colombina, mientras se tambalea. La furia, la rabio, los celos, dotan al diálogo de una amenazante veracidad, aunque el público no lo advierte ("¡Parece de verdad!, ¡se me saltan las lágrimas!" dicen) Nedda empieza a temer que Canio estalle, y trata de hacerle volver de nuevo a su personaje. Pero ya es tarde. Canio saca un cuchillo que Tonio le había dado a escondidas y grita, ya sin duda a Nedda: "¿Aún no has comprendido que te estás jugando la vida?". Pero Nedda no se acobarda: "¡Podré se indigna, pero no soy una cobarde! ¡jamás te diré su nombre!". Abalanzándose sobre ella, cuchillo en mano, Canio grita: "¡Cuando estés a punto de morir, lo dirás!". Nedda pide auxilio. Silvio sale de entre el público dispuesto a socorrer a Nedda, pero no logra salvarla. Y con el mismo cuchillo con el que ha matado a su esposa, Canio da muerte a Silvio. Llorando sobre el cuerpo inerte de Nedda, Canio exclama: "¡La comedia ha terminado!".

Enlaces:

Fuentes: orfeored.comoperamania.com y jordicarreno.wordpress.com y codalario.com

Los vídeos que ilustran esta entrada pertenecen a una representación de "I pagliacci" filmada en el Metropolitan Opera House de Nueva York en 1994, con Lucciano Pavarotti, Teresa Stratas y Joan Pons en los principales papeles)


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