I DUE FOSCARI

Escribo arropada por la oscuridad y el silencio de la noche, que sólo se quiebra levemente por el eco lejano de algún coche que pasa. La oscuridad, por lo demás densa, únicamente se rompe por la luz que sale de la pantalla del ordenador frente al que estoy sentada. Acabo de escuchar "I due Foscari", de Verdi, y la atmósfera opresiva que se respira de principio a fin en la obra aún flota en el aire. "I due Foscari" puede que no se haya mantenido con tanta fuerza en el repertorio como "La traviata" u "Otello", pero está igualmente llena del talento del maestro de Bussetto. 

Fotografía de Giuseppe Verdi joven. Fuente: Datos Freak

En los "años de galera"

Entre 1843, año en que estrenó "Nabucco", hasta 1853, con "Il trovatore" y "La traviata", Verdi compuso nada más y nada menos que dieciséis óperas. Son los famosos "años de galeras" en los que todas las salas importantes de la Península italiana (y muy pronto también lo harían las de otros países) se disputaban una ópera suya y en los que, al tiempo que luchaba incesantemente por hacerse un nombre, el genio de Verdi no dejó en ningún momento de ser fiel a sí mismo, y de buscar su propio camino hacia la belleza, aspiración por la que y para la que todo artista debe vivir. 

Aquel fue un período de honda tristeza para Verdi. En 1840, tan sólo tres años antes del estreno de "Nabucco", una repentina enfermedad le había arrebatado a su primera esposa, Margarita Barezzi, que contaba tan sólo 26 años de edad; a principios de ese mismo año había muerto su hijo, Iccilio Romano, y tres años antes su hija, Virginia. Los años que siguieron fueron para el maestro de profunda soledad, y durante ellos una amarga depresión le tentó sin duda, en muchas ocasiones, para abandonarlo todo. Gracias, maestro, por no hacerlo. Estrenada en 1844, "I due Foscari" se enmarca por tanto en aquellos difíciles años de la vida de Verdi. Tengamos muy presentes las circunstancias, no sólo profesionales sino (y sobre todo) emocionales de Verdi durante aquellos "años de galera" y dejemos que esta historia nos conmueva hasta lo más hondo. En ella, el genio de Verdi logra transmitir la atormentada emoción que guardaba en su interior y consigue (otra muestra más de su genialidad intemporal) que, aún después de tantos años transcurridos, los que la escuchamos maravillados reconozcamos emociones propias.


Algunos apuntes históricos

El libreto de "I due Foscari (Los dos Foscari)", de Francesco Maria Piave, puesto en música por Giuseppe Verdi, se basa en el drama de Lord Byron "The two Foscari (Los dos Foscari)" el cual, a su vez se inspira en situaciones y personajes históricos. Entenderemos mucho mejor el argumento de la ópera con una introducción previa. 

Francesco Foscari. Fuente: wikipedia. 

El 15 de abril de 1423, Francesco Foscari fue elevado al trono ducal de Venecia, pretendido también por Pietro Loredano. Desde entonces, éste no dejó de hostigarle, hasta tal punto que en una ocasión Foscari, fuera de sí, llegó a decir abiertamente ante el Consejo (1) que no podría sentirse verdaderamente Dux mientras viviese Loredano. Por una fatal coincidencia, algunos meses después de aquello el dicho Pietro Loredano y su hermano Marco murieron repentinamente, envenenados a decir de la voz popular. Así lo creía Jacopo Loredano, hijo de Pietro, y no sólo hizo esculpir sobre las tumbas de su padre y de su tío sino que, en el libro de registro de sus transacciones comerciales anotó: "Los dos Foscari me deben dos vidas", esperando fríamente el momento de cobrárselas.

El Dux había tenido cuatro hijos, de los que tres habían muerto; el cuarto, Jacopo, casado con Lucrecia Contarini, había sido acusado de recibir sobornos de príncipes extranjeros por lo que, en virtud de las leyes venecianas, el Consejo de los Diez le había desterrado, primero a Nápoles y después a Treviso. Entre tanto, sucedió que la cabeza visible de dicho consejo, Emolao Donato, fue asesinado la noche del 5 de noviembre de 1450 cuando regresaba a su palacio tras una reunión del órgano que presidía. Como Oliviera, criado de Jacopo Foscari, se había dejado ver en Venecia el día antes y dado que al día siguiente del asesinato de Donato había hablado públicamente del suceso con los marineros del puerto, todas las sospechas recayeron sobre los Foscari. Amo y criado fueron conducidos a Venecia y, después de haberles torturado inútilmente, se les desterró a Candia para el resto de sus vidas. 

Pasaron cinco años y Jacopo, ansioso por volver a ver el cielo de su amada patria, escribió al Duque de Milán, Francesco Sforza (si bien su familia era enemiga de la República) rogándole que intercediese por él ante la Signoria (2), a fin de que se le permitiese regresar. Desgraciadamente, el pliego cayó en manos del Consejo de los Diez y Jacopo fue en efecto traído de nuevo a Venecia, más para ser sometido una vez más a tortura; confesó haber escrito la carta, con el único y anhelante deseo de volver a ver su patria, aun siendo consciente de que podía costarle una prisión perpetua. Se le condenó a un nuevo exilio en Candia, con la implacable advertencia de que, de volver a escribir cartas de semejante naturaleza, sería ejecutado. El Dux, infeliz octogenario que con fiel y desgarradora constancia había asistido al juicio y a la tortura de su hijo, pudo verlo en secreto antes de partir y le aconsejó obediencia y resignación a los Decretos de la República.

Consejo de los Diez. Fuente: wikipedia.

Al poco, acaeció que el noble veneciano Nicolas Erizzo se confesó autor de la muerte de Emolado Donato. Erizzo estaba a punto de morir y quiso que su delito se publicase para librar de culpa al inocente Foscari; sin embargo, cuando algunos de los más autorizados senadores se disponían a pedir el perdón del reo, se supo que el infeliz había muerto de congoja en su encierro de Candia. Desolado, el pobre padre al que ya no le quedaba ningún hijo vivía en un amargo retiro y apenas asistía a las sesiones del Consejo. Entre tanto, Jacopo Loredano, que en 1457 había sido elevado a la dignidad de decenviro (3), sintió que estaba próxima la hora de completar su venganza.

Durante su mandato, Francesco Foscari había pretendido por dos veces renunciar a su cargo; pero no sólo el Consejo de los Diez se lo impidió, sino que le obligó a jurar que moriría en ejercicio de su poder. Sin embargo, y a pesar de este juramento, fue el mismo Consejo de los Diez (espoleado sin duda por las intrigas de Jacopo Loredano) que le había arrebatado al último hijo que le quedaba, el que le obligó a renunciar a su cargo. Foscari se retiró a su casa como un simple ciudadano, habiendo rehusado una riquísima pensión que el tesoro público le ofreció. Y el 30 de octubre de 1457, al oír el sonido de las campanas que festejaban la elección de Pascual Malipieri, que debía sucederle, Foscari sintió una emoción tan terrible que a la mañana siguiente expiró. Se le hicieron magníficos funerales cual si hubiese muerto como Dux; en ellos, Malipieri se presentó con el sencillo traje de senador. Jacopo Loredano, sintiendo ya completamente cumplida su venganza, anotó entonces en su libro de registro: "Los dos Foscari me han pagado"

(1) Por aquel entonces, la estructura organizativa de la República de Venecia estaba pensada para evitar que el poder se reuniera en un solo hombre. De este modo, la función suprema que asumía el Dux, quedaba sometida a la vigilancia de varios Consejos:

  • El Consejo de los Diez, que se encargaba de garantizar la seguridad de la República, y que disponía de un cuerpo de policía.
  • El Consejo Mayor, o Gran Consejo, que elaboraba las leyes.
  • El Consejo Menor, compuesto por seis miembros, asesores del Dux.
  • La Quarantía, supremo tribunal.
  • El Senado, que se ocupaba de la política exterior y de los asuntos militares y económicos.

(2) La Signoria era el órgano central de gobierno. Estaba formada por el Dux, el Consejo Menor y los tres dirigentes de la Quarantía.

(3) Miembro del Consejo de los Diez.


(Fuentes: Libreto de "Los dos Fóscaris" publicado con motivo de su representación en el Teatro Valencia en 1846 y wikipedia)
 

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